Sabor oriental

Debería empezar este post con esta imagen….

si el grito de Munch, si… y no me dispongo a hacer nada con una reproducción de esta famosa pintura…

Esto es lo que hice ayer a las 12 de la noche, cuando me dí cuenta de que era Jueves y no tenía nada preparado para el blog, gité….agarrándome la cabeza con las manos…

Rápidamente recurrí a la zona de trabajos medio empezados.

Allá estaba la caja de madera, que hace semanas me dió mi amiga «L», con la «peligrosa frase»….»sin prisa, decórala a tu gusto»…

La pinté de azul, nada más llegar a casa, pero no la había vuelto a tocar…(¡que colores mas feos quedan cuando se sacan las fotos con poca luz!)

Hurgué en mi cajón de servilletas de papel…miré una y otra, pero todas las había usado recientemente… y no me apetecía repetirme.

Hasta que la encontré…

Ideal para lo que quería. Como tenía absoluta libertad para decorarla, se me ocurrió que se podría usar para guardar bolsitas de té. Con lo cual, el motivo oriental iba que ni pintado.

Me gusta aplicar la técnica del decoupage, rasgando las servilletas con los dedos, las veo mucho mas integradas.

Busqué un periódico chino que me regalaron hace tiempo, y corté algunas de sus letras y también las pegué. Mientras hacía esto, no dejé de sonreir, pensando en la burrada, que podría poner en ese texto. Esto de no dominar el chino es lo que tiene…

Claro que si te descuidas, ni siquiera es chino, igual es japonés…y los motivos de las servilletas, son mas bien tailandeses, o quizás birmanos…

Bueno….que me perdone, todo el sudeste asiático, y los de mas al norte, y los del oeste… mi intención es buena, me atrae mucho la cultura oriental y por eso me gustan sus motivos, y si he mezclado churras con merinas, que me perdonen los orientales.

Decoré la caja también  por dentro…

Y cuando la abrí, pensé… y si hago algun compartimento¿?¿?¿?¿¿?

Cogí, escuadra, cartabón, tijeras, boli, una cartulina reciclada….Y el papel marmoleado adhesivo que me sobró de este trabajo.

Y forré dos tiras de cartulina a las que hice dos cortes en el centro, para que encajaran a modo de aspa.

Cuando barnicé la caja, quedó así…. ¿a que cantan mucho los pegotes de letras chinas?

Por eso los envejecí, bueno, envejecí toda la caja con un añejador diluido en agua…

Y tuve la suerte de comprobar, que el tamaño de la caja, era el exacto para agrupar las bolsitas de té en las cuatro casillas marmoleadas.

Y hasta aquí, este regalo práctico. Un detalle bonito, con un gran aspecto oriental,  para cualquier aficionado a las infusiones.

Del continente asiático, pasamos al Nuevo continente, y nos presentamos en el blog de Marcela Cavaglieri. No queremos dejar de visitarlo un viernes más.

 

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