La guarida de un forofo del baloncesto.

A menudo, dedicamos mucho tiempo e ilusión a montar las habitaciones de nuestros hijos cuando nacen. Nos encanta llenarlas de ositos, princesas, azules y rosas…los años van pasando, y añadimos muebles, cambiamos el color de la pared, seguimos colocando juguetes por todas partes… hasta que un buen día, nuestro niño se hace hombre y nuestra princesa quiere un tocador de maquillaje en vez de una cocinita…

Esto es lo que ocurrió con»D».

Cuando nació, decoramos su habitación con muebles blancos de estilo marinero, la pared pintada en un azul clarito, con hojas de hiedra pintadas a mano que caían desde el techo, y hasta un mosquitero que le daba un aire principesco…(¡que pena no tener fotos de aquel momento!)

«D» creció, y llegó el momento en el que necesitó un rincón para hacer deberes, y añadimos baldas, armaritos, mesa de escritorio, todo ello en colores fuertes.

Unos globos aerostáticos decoraban una esquina de la pared, y los juguetes de colores campaban por todos lados.

Todo muy bonito y alegre, pero «D» ya tiene 15 años, mide casi un metro ochenta, y hace un par de meses con su vozarrón de barítono, pidió a sus padres un cambio de look para su habitación infantil.

Y sus padres, recurrieron a «otra vuelta de tuerka», para dar una nueva imagen a la habitación y pasar de infantil a juvenil.

El reto era importante, porque la intención era cambiar la menor cantidad posible de muebles, ya que estos estaban en perfecto estado.

Tras conversaciones con  «D» y sus padres, nos quedaron claras varias cosas. QUe la distribución de los muebles, iba a seguir igual, por ser la mas lógica.Que el color de la habitación iba a ir en la gama de los grises, y que «D» es un forofo del baloncesto.

Partiendo de la base de que los muebles, son buenos y están en buen estado y no se iban a sustituir, se propuso conservar los muebles blancos en el mismo color y pintar los naranjas y lilas en diferentes tonos de grises.

Sustituir la ropa de cama y el estor, así como los pequeños detalles decorativos. y colocar un vinilo con motivos de baloncesto que fuera el golpe de efecto mas importante en la habitación.

Tomadas estas decisiones, pusimos manos a la obra para encontrar las cosas que teníamos in mente, mientras el pintor se disponía a pintar paredes, baldas, cabecero y módulo colgante según nuestras instrucciones.

 

 

En la pared del cabecero se aplicó un tono de gris oscuro, y en el resto uno claro. Combinando estas dos tonalidades en los muebles pequeños.

En estas fotos, aparece colocada una colcha provisional para ver el efecto y aún permanece la silla antigua.

En un primer momento elegí este vinilo para colocar en la pared frontal, pero «D» no estuvo muy de acuerdo, y eligió otro, con bastante mas fuerza cromática.

Y el resultado fue éste.Sencillamente, ¡Impresionante!.

Los tonos rojos del baloncestista, dieron las pautas para buscar detalles decorativos de esta tonalidad, como los cojines. Encontramos una funda nórdica con motivos de letras y números en gris,  que encajaba perfectamente en la idea que teníamos en la cabeza.

El estor de tonos naranjas fue sustituido por otro en grises, aprovechando el mecanismo antiguo. Todo un acierto.

La silla naranja infantil, se sustituyó por una negra mucho mas ergonómica…

Se conservaron algunos recuerdos y detalles de viajes, y se compraron algunos nuevos, reservando un lugar de honor a la bufanda de la Real Sociedad, ¡claro!.

El perchero infantil dio paso a  estos encantadores colgadores en forma de abrebotellas, de estética vintage.

Como el vinilo era de gran tamaño, dio mucho de si, e incluso se pudieron decorar los costados del armario. Al lado de este, aprovechando el rincón, una torre de sonido también de acuerdo con la estética de la estancia.

 

La habitación es pequeña, pero como podéis comprobar, hay lugar para practicar deportes varios.

En definitiva, «D» cuenta con una habitación completamente renovada, mucho mas de acuerdo con su edad, donde podrá estudiar, dormir, y soñar con presenciar un partido de la NBA en vivo y en directo.

 

 

 

 

Quiero compartir  este trabajo, con mis amigas de los findes frugales, y para ello os invito a ver el blog de Marcela Cavaglieri.

 

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