Polak style

En estos días de agosto, he tenido la oportunidad de conocer un bonito país bastante desconocido para el gran público. Se trata de Polonia.

Un país centro europeo, que hasta hace relativamente poco, apenas recibía turismo, pero que en los últimos años, se está posicionando en la lista de deseos de los viajeros de pro.

Me he sorprendido gratamente, el comprobar que Polonia es un país altamente estético,  cuidan mucho los detalles y se preocupan por la decoración, limpieza  y  mantenimiento.

Como no he tenido oportunidad de entrar en ninguna casa polaca, me limito a compartir con vosotros unas instantáneas de algunos bares, todos ellos con un denominador común, todos son altamente acogedores, seguidores de tendencias decorativas o amantes de las tradiciones.

Lo podemos comprobar en este encantador restaurante de Varsovia, decorado con motivos folclóricos de gran colorido.

Me encantó el detalle de las letras en relieve, siguiendo el estampado de los trajes regionales.

Y los cuadritos de motivos folk, acompañados por estas lámparas de Ikea, que no se si las venden así o son maceteros transformados. Yo, desde luego, las tengo como maceteros

   

En los exteriores, se veían gran profusión de plantas y flores… quizás por ser un país de largos inviernos dan gran importancia al colorido floral por todas partes, ¡una delicia!

Esta imagen es de nuestro hotel en Varsovia, el» Campanile», decorado con todas las últimas tendencias de diseño nórdico. maderas claras, letras, unos bloques de madera simulando maletas, lámparas colgantes de diferentes estilos…

Gama de arenas, grises y negros, cojines a discreción, sillas diferentes, ladrillo blanco, pizarra….¡Es que no les faltaba ningún detalle actual!, y todo mezclado con mucho arte.

Las  bicis, otra tendencia decorativa en auge, y las cajas de madera, y los silloncitos de mimbre… este conjunto estaba a la entrada de un café del pueblo de Torum, una joyita en el centro del país.

y siguiendo avanzando por el país, llegamos a Poznam, otro pueblo o mas bien ciudad encantadora, con una plaza de cuento de hadas y mucha marcha juvenil…era un miércoles, y los bares estaban plenos de ambiente. Entre ellos, éste que me llamó la atención por la mezcla de farolillos, lámparas y bolas de papel. de lo más acertada, ¿no creéis?

Me encantan estas decoraciones nada pretenciosas pero con gusto.

Y sorpresa, sorpresa, el bar tenía nombre español…

El dueño de este otro bar, debía de ser un amante de los discos de vinilo, y esta pared de ladrillo cara vista, lucía genial con los vinilos saliendo de sus fundas, todos ellos piezas emblemáticas de los 70 y 80.¡ Inyección de nostalgia!

Y llegamos a Wroclow, ciudad imposible de pronunciar, pero encantadora para recorrer.Este año comparte junto con Donostia-San Sebastián el título de capital europea de la cultura. Sus calles, estaban abarrotadas de cafés, bares y restaurantes con encanto… me emocioné tanto que se me olvidó casi sacar fotos.

Aqui tenemos otra muestras de ideas low cost, en todos los lugares encontrabas algún detalle con pinta de «hágalo usted mismo», buenas ideas y bajo costo.

Hasta tenían montada una terracita en «modo playa», y casualidades de la vida, todo era azul y blanco, como los colores de Donosti… en Wroclow no tienen mar, pero si hermosos canales, una pequeña Venecia centroeuropea.

El final del viaje desembocaba en Krakovia, y en su barrio judío pude ver esta original terraza. Muchas veces, había visto mesas con patas de máquinas de coser, pero es que en este lugar, habían dejado también la máquina en la encimera.

¿Adivinais el nombre del bar?

ja, ja, ja….seguro que alguien ya lo había acertado. ¿a que si?… si en vez de llamarse «Singer», se llega a llamar «Alfa»(marca vasca de máquinas de coser), os juro que se me saltan las lágrimas…

El SInger, por dentro, parecía el salón de la abuela…sólo faltaba el olor a bizcocho pero es que igual simplemente, no llegué a la hora adecuada.

Algun amante del cine, y buen observador, quizás reconozca este callejón, que aparecía en la famosa película «la ista de Schindler»… aqui también había una terraza de bar, llena de detalles preciosos….

 

Y para terminar, unas vistas del MacDonalds mas bonito que he visto en el mundo mundial, el de la calle Florinska en Krakovia.

La estructura del edificio estaba respetada por completo, con unas paredes de piedra y de ladrillo caravista que quitaban el hipo… lámparas de diseño en madera…

Murales, paredes con relieves…

y hasta un inmenso sillón chester que le daba el toque final de elegancia.

En fin, maravilloso país Polonia, además de pueblos y ciudades bien conservadas,  maravillosos detalles decorativos.

 

y puestas a viajar, vayamos de centroeuropa a Argentina, para visitar a nuestra amiga Marcela Cavaglieri y sus seguidores. Participamos en el finde frugal, ¡que mejor manera de pasar un finde, que en estos bares tan encantadores!

 

 

 

 

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