FRUTERO NAVIDEÑO.

Me consta que  mucha gente se ha percatado de que hace siglos que no escribo. Un cambio laboral en mi vida, me ha hecho que tenga que dejar algunas cosas en la cuneta, a la espera de volver a organizar mis tiempos.

La estación del año en la que estamos tampoco ha ayudado mucho. Los días son cortos, y resulta difícil encontrar momentos para sacar fotos con la luz del día, ya que de noche salen horribles.

Pero bueno, por fin, ya estoy aquí de nuevo, con un trabajo a modo de preludio navideño.

Todo empezó, cuando ordenando un armario en  casa de mi madre, apareció este simpático frutero de estética sixties. Lo recuerdo perfectamente, cuando vivió años de esplendor en la cocina de mi casa. De niña me encantaba.

Se trata de un modelo que se vio mucho en aquella época. Toda la zona superior son  bandejas movibles, alrededor de un palo central.

En la foto parece que estaba en muy buen estado, pero el plástico se encontraba deteriorado por algunas zonas, o sea, que decidí darle un lavado de imagen.

Lo desmonté y procedí a darle imprimación para poder trabajar mejor sobre el plástico.

Ya con todas las partes blanquitas, empecé a buscar algo con que decorarlas…

Y aparecieron estas servilletas procedentes del botín aquel comprado en  Polonia, del cual ya os comenté en este post. Y aunque las servilletas, en principio son atemporales, no se puede negar que tienen un toque navideño por su temática angelical.

Intenté que quedara lo mas rematado posible, al tratarse de rostros,había que tener cuidado de que estos no quedaran demasiado cortados.Por lo cual, puse un cuarto de servilleta para cada bandejita, pegándola primeramente por la parte superior y doblando y adaptando poco a poco la parte restante.

La cosa iba cogiendo un gran aspecto navideño.

Lo peor fue rematar los detalles pequeños, es decir los enganches de sujección.

Y como veréis por lo amarillo de las fotos, estas cosas las fui haciendo, cuando la noche reinaba.

Y cuando el día empezaba a despuntar, se empezaba a vislumbrar la bonita pieza.

Tuve que lijar algunas zonas, porque cuando todo secó las bandejitas no corrían bien.

Y como en alguna zona, el papel se saltó, dí unos ligeros retoques con pátina dorada.

Estoy deseando lucir el nuevo look del frutero en las mesas navideñas y utilizarlo para ofrecer bombones o mazapanes.

Yo creo que lo dejaré de adorno sobre la mesa, durante todas las fiestas…. ¡que peligro llenarlo! … pero es que vacío…¡ los ángeles quedan desangelados!…¿que hago? ¿lo lleno, no lo lleno?… ¿y si pongo unas bolas de Navidad o unas piñas y así me dejo de tentaciones ?

Bueno, me quedo a solas con mi dilema, y mientras tanto me voy a buscar el blog de Marcela Cavaglieri , a ver si no está enfadada conmigo por este  abandono transitorio, compartiré mi post con ella y todos sus lectores.

 

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