DECORANDO CON MAPAS

Desde mi mas tierna infancia me gustaron los atlas.

Pasaba horas muertas recorriendo con el dedo todos los paises, imaginando las distancias, aprendiendo los nombres de las ciudades, y comprobando lo inmenso que era el mar.

Hace poco, ordenando la biblioteca, en  casa de mi madre, encontré unas hojas de atlas, pertenecientes a alguna colección de fascículos empezada en algún momento, pero que nunca llegó a su fin.

   

No dudé en guardármelos para ejecutar alguna manualidad, pero me gustaban tanto que no me decidía por ninguna. Además tenían un tipo de papel bastante consistente, casi una cartulina, que resultaba idóneo para cualquier técnica.

En la actualidad, la cartografía es tendencia en decoración.

Al final me decidí por emplearlos en decorar un joyero de madera, comprado hace tiempo. En realidad, compré dos cuando me mudé a esta casa.

El primero de ellos lo empleé en un proyecto anterior, que podeis ver aqui.

Y al segundo que se había quedado «en crudo», por fin le había llegado su hora.

Como la idea era emplear los mapas, para el frente de los cajones, compré una pintura de color azul pastel, para así integrar mas todo el conjunto.

Empecé a dar capas de pintura, por dentro, por fuera, por el frente, por detrás…

Hasta completar todo el conjunto. Una vez seco, lo lijé un poco desgastando las esquinas.

Para empezar a cortar los mapas, decidí hacer un patrón, y así decidir mejor la zona de mapa que iba a emplear para cada cajón.

La elección de los países o zonas, fue en función de las ganas que tengo de visitar unos, o de los buenos recuerdos que dejaron otros cuando los recorrí.

De esta manera,  seleccioné la isla mediterránea de Sicilia, el exótico Estambul y alrededores, el toque nórdico de Dinamarca, la deseada Cracovia… y  así hasta seis trozos de anhelos y recuerdos.

También recorté unos mapa mundi completos, para colocar en la zona superior.

A golpe de cola de empapelar y brocha, el resultado fue este.

Fuí cambiando de orden los cajones, para lograr una composición equilibrada.

Ahora, solo falta dar un par de capas de barniz, en este caso acrílico, que no amarillea nada y viene muy bien para este trabajo.

Peroooooo…¿el interior?¿que iba a hacer con el interior?… pinté los laterales internos, pero el fondo no lo quería pintar, necesitaba una textura mas agradable.

Y por casualidad, dando una vuelta por la recien estrenada tienda de Tiger en Donosti, encontré un papel adhesivo con unas tonalidades super adecuadas.

Este papel marmoleado, va que ni pintado para este trabajo.

 

Perfecto de colores y de dibujo, es que aunque se trata de una imitación a mármol, ¡¡yo en ocasiones veo hasta mapas!!…¡que hallazgo!

Me gustó tanto, y era tan fácil de aplicar, que lo puse hasta por detrás.

La parte trasera tenía una textura marrón, bastante basta que iba a chupar un montón de pintura, o sea que el papel de mármol me vino fenomenal.

 

Y aquí está el resultado final….

 

No os asustéis, no es que tenga todas las joyas azules, pero es que ¡¡quedaban tan bonitas para la foto!!…

Lo pondré sobre mi mesilla de noche, y antes de dormir elegiré el país con el que soñar…

Y hablando de mapas y de soñar, nos vamos con este post hasta Argentina, para participar en el finde frugal de Marcella Cavaglieri.

 

Todas las fotos de nuestro blog son de nuestra propiedad,  y si no es así, lo hacemos saber. Esperamos que si utilizas alguna de estas fotos, también especifiques su origen.